8M: por la justicia, la democracia y los derechos económicos de mujeres y diversidades
Porque “la mayor deuda es con las mujeres y los niños”. Porque “no hay garantías de un trato justo” en las tramas judiciales. Y porque “urge modificar el sistema de justicia en defensa de la democracia”. Tras esas consignas —que son argumentaciones— este 8M se concreta por séptimo año consecutivo, el paro feminista acompañado de asambleas de debate organizado por Ni Una Menos. Junto a otras organizaciones feministas, el colectivo llama “a salir nuevamente a la calle” para mantener la visibilidad del reclamo contra la violencia hacia las mujeres, y para “reflexionar” sobre las condiciones reales de la vida cotidiana de las mujeres y diversidades.
La jornada “que no es una festividad de flores y corazoncitos, sino, un festejo de la lucha” –advierte la socióloga Dora Barrancos–, porta este año el preciso reclamo por “el carácter racista, clasista y patriarcal del actual sistema judicial, porque con esta justicia no hay derechos ni democracia”, define Lucía Cavallero, también socióloga y referente de Ni Una Menos. Y suma la criminalización de los liderazgos de mujeres, entre las reacciones del patriarcado ante los avances en esta lucha. Entre las prioridades que debe atender hoy esta agenda en la Argentina, señala el impacto de las brechas de género en las instancias judiciales. Hay en estos momentos tres causas sobre mujeres líderes, que se alinean al reclamo histórico: “Milagro Sala, las mujeres mapuches presas, y la vicepresidenta Cristina Kirchner víctima del ataque judicial que motivó las movilizaciones a su favor y luego el intento de magnicidio”.
“Es necesario que el movimiento feminista vuelva a juntarse y a debatir la construcción del poder” añade Leonor Cruz, secretaría de Género de la CTA Autónoma. “Hoy hay un poder patriarcal, capitalista y machista, las mujeres y diversidades debemos interpelar eso. ¡Estamos hartas del sistema! Es tan así que le entregamos a una de nosotras cada 29 horas. Una de nosotras muere cada 29 horas, para que este sistema se sostenga, por eso salimos a la calle nuevamente”, afirma.
“La lucha”, define Barranco, marca la continuidad del movimiento feminista, explicitado en las calles desde comienzos del milenio, cada 8M. Y en los últimos años consolidó su perfil político y económico. «Ni el capitalismo ni el patriarcado tienen rostro humano, pero la deuda tiene rostro femenino, de nuestras mujeres y nuestros niños”, describe Leonor Cruz, cuando explica que la convocatoria sigue en línea de los reclamos de 2022.
“La deuda con las compañeras y compañeres trabajadoras y trabajadores, por eso volvemos a la calle”, comparte Cavallero. Así la ya emblemática jornada “de paro feminista y asambleas” se concreta hoy en todo el país. El epicentro en la Ciudad de Buenos Aires será a partir de las 16 horas en 9 de Julio y Avenida de Mayo. Desde allí se marcha al Congreso donde se leerá el documento de las distintas organizaciones reunidas para conmemorar un nuevo Día Internacional de la Mujer Trabajadora. El marco que en la Argentina abrió la puerta a logros como la ley del aborto legal, seguro y gratuito, replicado a nivel internacional, al ritmo de las olas de la marea verde.
No es un día de festejo
Para Barrancos el 8M “es un día que siempre nos da un particular estremecimiento, porque no se trata de un festival amoroso con las mujeres, no es así” enfatiza. “Es un momento de celebración de las luchas, de reflexión sobre las largas luchas feministas, y es la oportunidad para muchísimas de transformar actitudes, conductas y sobre todo transformar sus propias vidas, salirse de las encerronas, salirse de las cárceles opresoras, eso queremos que sea siempre el 8M” comparte la investigadora.
La agenda de la jornada comienza a las 8 de la mañana frente a Tribunales con una conferencia de prensa. Y tanto en CABA como en casi todas las ciudades del país, las actividades buscan sostener el lugar de las mujeres en la disputa de poder. Así es desde que colectivamente surgió reclamo bajo la consigna: Ni Una Menos tras el homicidio de Chiara Páez, de 14 años, asesinada a golpes en 2015, en Rufino, provincia de Santa Fe.
“No vamos a rehuir la lucha festejante –añade Barrancos–, pero no es un festival de florcitas, ni de maniobras de lenguaje especialmente dedicadas” grafica. “Necesitamos que se produzca ese entrelazado reflexivo entre las acciones, las conductas y las necesidades cotidianas y urgentes, por la disparidad que existe en materia sexo genérica” detalla en la entrevista con Página/12. “Con alegría y esperanza, no venimos a la calle tristes” aporta Cruz. “Venimos con la esperanza de saber que es posible un país para todas y todos –agrega–. Para eso necesitamos una reforma judicial y un debate profundo sobre el poder que establece este modelos patriarcal”.
Debatir, compartir, y transmitir
La convocatoria se consolidó por el trabajo en asambleas abiertas “con organizaciones y con mujeres sin organizaciones que preparamos durante febrero”, detalla Cavallero. Esto marcó tres ejes: “la situación acuciante de las trabajadoras sindicalizadas o en espacios comunitarios, o que trabajan en sus casas corriendo detrás de la inflación. Esto no favorece la autonomía que nos podría hacer salir de las violencias” domésticas y cotidianas. Otro eje fue “apoyar el juicio político a la Corte, que se resiste a aplicar la Ley Micaela. Sigue teniendo repuestas patriarcales”. Ante una cuota alimentaria o «ante la decisión de judicializar los liderazgos como el de Cristina, Milagro o las presas mapuches por defender sus territorios” se explaya Cavallero.
Si en 2022 el lema fue: “Vivas, libres y desendeudadas nos queremos” en 2023, este 8M la convocatoria reza: “La deuda es con las trabajadoras”. Por eso es necesario, además, que el reclamo sea en unidad, afirma Cruz. “En este momento del país, es urgente que las organizaciones sindicales, los movimientos sociales y políticos vuelvan a tomar las calles en unidad y en el movimiento feminista ha sido estratégica la unidad a la hora de marcar nuestra agenda y nuestros reclamos que son de las compañeras y compañeres. Tomar las calles, todas juntas, como siempre lo hacemos. Porque hemos demostrado que cuando nos unimos, tiemblan…”, reflexiona la referente de la CTA.
Poder femenino para defender la democracia
El poder femenino este año tiene como un claro objetivo, a partir de esta convocatoria “marcar que en nuestro país está en peligro la democracia, a poco de cumplir 40 años de continuidad, por las acciones del Poder Judicial, de los medios concentrados y de las grandes corporaciones» define Cruz. «Volvemos a marchar contra el ajuste económico, porque la deuda es con nosotras” insiste. Y es una cuestión “de clase” subraya. “No importa si somos asalariadas o no, este ajuste –que viene atado al pago al FMI, señala–, tiene rostro de mujer, y de las pibas y pibes de nuestros barrios”.
Cruz decide llevar a la realidad los datos estadísticos: niveles de inflación o cantidad de niños bajo la línea de pobreza. En los barrios no se ven números. “En los barrios se ven mujeres que cobran un salario Potenciar de 35.000 –describe Cruz–, y se las estigmatiza por eso, es feroz a lo que se nos somete, por eso decimos que es necesario parar este ajuste, nuestra precarización laboral se ve en lo cotidiano, corremos todos los días entre dos o tres trabajos”.
Pero “a través de los medios, de la justicia y las empresas, el sistema deciden si comemos o no, porque les ponen ellos el precio a los alimentos. La crisis es política y después económica y social, y está en jaque nuestra democracia si no entendemos eso no entendemos nada: en diciembre intentaron el magnicidio, antes el golpe económico, aumentan los precios, ponen en jaque al a democracia y es lo que salimos a defender” afirma Cruz. «Cambiar la justicia y el modelo tiene que ver con la mirada feminista y con volver a poner en el centro la vida, la dignidad, ante todo» agrega.
“Lo que se debe priorizar es la deuda del Estado con las mujeres y diversidades. Denunciar y poner en la calle que hay una agenda distributiva que debe ser priorizada antes que los intereses de las especulación financiera”, sostiene, Lucía Cavallero. «Logramos conquistas importantes y sustantivas o por lo menos se pusieron en cuestión formas de relacionarnos y maneras de distribuir el poder, y estamos en el momento de pararnos frente a la reacción, porque hoy la judicialización de los casos de nuestras dirigentas tiene que ver con eso, y por eso es importante estar en la calle juntas y de manera unificada, sentar posición con las distintas organizaciones”.