A pesar del anuncio de suspensión, el Gobierno nacional dispuso que las tarifas de luz y gas tangan un aumento de 4% para el mes de agosto. En tanto, los combustibles aumentarán 2,5%.
De esta forma, la estrategia oficial se orienta a dosificar los ajustes con el doble propósito de no afectar la recomposición del salario real y al mismo tiempo continuar con el proceso de descenso de la inflación.
Las mediciones del INDEC vienen mostrando una recuperación del poder adquisitivo en los últimos meses. Los datos correspondientes a mayo arrojan una variación mensual del salario de 8,3%, por encima del incremento de la inflación, que fue de 4,2%. Sin embargo, en la comparación interanual los salarios subieron 216% contra una suba del índice de precios de 276%, de donde se registra una caída en términos reales de los salarios de 16% cuando se los compara con mayo de 2023.LEER MÁS
Dado el peso que tiene el consumo, se considera que la recomposición del poder adquisitivo es el elemento clave a los efectos de frenar la caída de la actividad económica y comenzar un proceso de recuperación.
Por otra parte, los indicadores de alta frecuencia que manejan las consultoras privadas arrojan que en las últimas semanas el proceso de desaceleración de los precios se vio tensionado, entre otros factores por la suba en los dólares financieros.
Con este aumento acotado de las tarifas, se interpreta que el Gobierno sigue dando una señal en cuanto a que mantiene su objetivo de que la inflación converja al 2% mensual.
Debe tenerse en cuenta que, según estudios privados, las tarifas de los servicios públicos se encuentran lejos de cubrir los costos. En promedio, se paga el 40% de la de electricidad, 32% de la de gas y un 94% en el caso del agua, según un estudio de Ecolatina.
Esta distribución no es uniforme, ya que los sectores de altos ingresos pagan valores cercanos a la tarifa que cubre los costos, mientras que los segmentos con menores ingresos abonan “significativamente menos que lo que debiera pagarse”.
Cabe recordar que el Gobierno tomó la decisión de no aumentar las tarifas de luz y gas durante julio contemplando la estacionalidad (es decir el mayor consumo por el invierno), según señalaron fuentes oficiales.