Argentina registra una notable baja en la pobreza: del 52,9% al 38,1% en el segundo semestre de 2024

En un anuncio que marca un punto de inflexión para la economía argentina, la tasa de pobreza en el país cayó significativamente del 52,9% en la primera mitad de 2024 al 38,1% en el segundo semestre del mismo año, según datos oficiales del INDEC publicados este lunes 31 de marzo.
Este descenso, que equivale a una reducción de casi 15 puntos porcentuales, representa la mejora más destacada en las últimas dos décadas y se atribuye a una combinación de factores económicos, como la desaceleración de la inflación y la recuperación paulatina del poder adquisitivo de los salarios.
El informe detalla que la pobreza alcanzó su pico más alto en los últimos 20 años durante los primeros seis meses de 2024, con un 52,9%, afectando a más de 23 millones de personas en un contexto de recesión y ajustes fiscales impulsados por el gobierno de Javier Milei. Sin embargo, a partir del tercer trimestre, la tendencia comenzó a revertirse. La inflación mensual, que había tocado un máximo de 25,5% en diciembre de 2023, bajó a un 2,4% en febrero de 2025, según el INDEC, aliviando la presión sobre los precios de bienes esenciales. Esto, junto con un crecimiento del PIB del 3,9% entre julio y septiembre de 2024, permitió una leve reactivación económica que impactó positivamente en los indicadores sociales.
Desde el gobierno celebraron los números. El presidente Milei afirmó que “este es el camino para sacar a millones de argentinos de la pobreza”, destacando las políticas de reducción del gasto público y control inflacionario. Sin embargo, especialistas advierten que, aunque el descenso es alentador, la pobreza estructural sigue siendo un desafío. Un informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la UCA señala que el consumo básico de los hogares aún está limitado por el alza en servicios como luz, gas y transporte, y que el 38,1% sigue siendo un nivel elevado para un país con el potencial económico de Argentina.
Organizaciones sociales y economistas independientes reconocen la mejora, pero piden cautela. “La baja es real, pero no alcanza a los sectores más vulnerables, donde la pobreza extrema sigue rondando el 8,5%”, explicó Eduardo Donza, investigador de la UCA. El dato contrasta con el optimismo oficial y pone el foco en la necesidad de políticas específicas para los 3,5 millones de personas que aún no cubren la canasta básica. Mientras tanto, el gobierno anticipa que los números podrían seguir mejorando en 2025 si se mantiene la estabilidad macroeconómica, aunque el impacto de las reformas sigue generando debate en un país que, por décadas, no ha logrado bajar su piso histórico de pobreza del 25%.