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Con presión cambiaria y exceso de pesos, el Gobierno apela a nuevos bonos y tasas altas para absorber liquidez

El Tesoro colocó $4,7 billones en letras de corto plazo y compró dólares a provincias y empresas para reforzar reservas. El BCRA sigue interviniendo para contener al dólar.

En medio de un escenario financiero adverso y con una creciente presión sobre el dólar, el Ministerio de Economía avanzó este miércoles con una emisión clave para absorber liquidez del mercado. La cartera que conduce Luis Caputo colocó $4,7 billones en títulos de deuda en pesos de corto plazo, con tasas sensiblemente superiores al ritmo de la inflación, en un intento por frenar la suba del tipo de cambio y reordenar el excedente monetario tras el fin de las Letras Fiscales (Lefi).

La operación, liderada por la Secretaría de Finanzas que encabeza Pablo Quirno, adjudicó la mayoría de los casi $5 billones que habían quedado sin destino luego del desarme de las Lefi, instrumento con el que el Banco Central regulaba la cantidad de pesos en circulación. Tras esa medida, unos $10 billones quedaron disponibles, lo que provocó una caída de tasas y sumó tensión sobre el mercado cambiario.

Para evitar una disparada del dólar, el Tesoro elevó las tasas ofrecidas en sus letras respecto de los niveles observados en el mercado secundario. Como resultado, logró captar casi toda la liquidez excedente. La letra más corta, con vencimiento a 15 días, se adjudicó con una tasa efectiva mensual de 3,31%, mientras que la más baja rondó el 2,9%, ambas bien por encima de la inflación de junio, que fue del 2,1%.

Compra de dólares y debut del Bonte

En paralelo, el Gobierno impulsó el uso de los pesos acumulados del superávit fiscal para adquirir divisas directamente a provincias y empresas que colocan deuda en moneda extranjera. En dos operaciones recientes, logró captar USD 400 millones. Un ejemplo destacado fue la colocación de la provincia de Córdoba por USD 725 millones.

Otra herramienta en juego es el Bonte, un nuevo título del Tesoro en pesos que se suscribe en dólares, y que ofrece un rendimiento atractivo. Aunque el Gobierno se autoimpuso un tope de USD 1.000 millones mensuales para este tipo de emisiones, en junio la colocación intentada por USD 500 millones no tuvo éxito, producto del clima financiero más volátil.

Reservas y FMI en la mira

La situación de las reservas también encendió las alarmas. Según estimaciones del mercado, el Gobierno quedó unos USD 4.000 millones por debajo de la primera meta pactada con el FMI al 13 de junio pasado.

Ante ese escenario, el Banco Central continúa interviniendo activamente mediante pases pasivos, ventas de futuros y operaciones con letras del Tesoro para absorber pesos y mantener a raya la brecha cambiaria. El equilibrio, sin embargo, se vuelve cada vez más delicado: el éxito de las últimas licitaciones permite ganar tiempo, pero la tensión sobre el dólar y el desafío de cumplir con el FMI siguen siendo amenazas latentes.

Javier Furlotti

Administrador VM Multimedia

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