
A días del inicio del ciclo lectivo, el conflicto salarial entre los gremios docentes y el gobierno argentino se agrava, con la amenaza de un paro nacional que podría afectar el comienzo de clases en varias provincias.
Los sindicatos docentes, agrupados bajo la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA) y otros gremios como la Unión Docentes Argentinos (UDA), AMET, y CEA, han elevado sus reclamos ante la falta de convocatoria a una paritaria nacional que discuta los salarios mínimos docentes.
El salario mínimo docente actual, fijado en 420.000 pesos argentinos, ha sido calificado como insuficiente por los gremios, que argumentan que está por debajo de la línea de indigencia. La inflación y la falta de actualización salarial han llevado a los sindicatos a exigir una mejora inmediata, lo que hasta ahora no ha sido respondido de manera satisfactoria por el gobierno nacional.
La falta de una convocatoria oficial para discutir la paritaria nacional ha llevado a los maestros a organizar asambleas y a considerar medidas de fuerza. En al menos 13 provincias, la amenaza de un paro es real, con la posibilidad de que las clases no comiencen si no se llega a un acuerdo salarial antes del lunes.
Los líderes gremiales han sido claros en sus comunicados: sin una oferta satisfactoria por parte del gobierno, no descartan la interrupción del inicio del año escolar. Por su parte, el gobierno ha prometido abrir el diálogo, aunque sin especificar cuándo o qué propuestas presentarán.
Este enfrentamiento no solo afecta a los docentes sino también a las familias, que están a la espera de una resolución para planificar el retorno de sus hijos a la escuela. La tensión es palpable, y aunque el tono no es de drama, sí de urgencia, ya que el tiempo para negociar se agota rápidamente.