Argentina

Crisis alimentaria en la infancia: un tercio de los niños sufren privaciones graves en Argentina

Crisis alimentaria en la infancia: un tercio de los niños sufren privaciones graves en ArgentinaEl 35,5% de los niños y adolescentes enfrentan inseguridad alimentaria. La mitad de ellos padece situaciones graves como el hambre directo.

La inseguridad alimentaria que afecta a niños, niñas y adolescentes (NNyA) en Argentina se ha convertido en uno de los problemas estructurales más profundos del país. Según un reciente informe, en 2024 el 35,5% de los menores sufren privaciones alimentarias, y más de la mitad de ellos atraviesa situaciones graves, como no tener qué comer.

La serie histórica entre 2010 y 2024 muestra una tendencia preocupante: mientras que entre 2010 y 2017 la inseguridad alimentaria rondaba el 20% y las privaciones graves se mantenían por debajo del 10%, a partir de 2017 la cifra comenzó a escalar. En 2020 llegó al 37%, con un leve descenso posterior, pero los datos actuales continúan siendo alarmantes: el 16,5% de los niños vive hoy en condiciones de hambre extremo.

Hogares más vulnerables

El estudio señala que los niños más afectados pertenecen a hogares monoparentales, numerosos, pobres o con adultos que tienen trabajos precarios o están desempleados. En 2024, el 43% de los niños en hogares monoparentales y el 45% en hogares con cinco o más integrantes enfrentaron inseguridad alimentaria. La situación es aún más grave en los hogares con bajos ingresos (49%) y aquellos con empleo informal (51%).

La precariedad laboral se consolida como un factor central en la reproducción de la pobreza y las privaciones alimentarias. El trabajo informal, sin aportes ni estabilidad, expone a los hogares a mayores riesgos, con impacto directo en la nutrición infantil.

AMBA e interior: desigualdades que se achican

Históricamente, el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) mostraba los niveles más altos de inseguridad alimentaria, pero en 2024 esa brecha se achicó, producto de un fuerte deterioro en las condiciones del interior del país. Las provincias, afectadas por la inflación y el ajuste fiscal, ven crecer los niveles de privaciones, especialmente en zonas con menor presencia estatal.

Un dato que suma preocupación: el 44% de los niños con déficit educativo también padecen inseguridad alimentaria, lo que revela la intersección entre pobreza, hambre y rezago escolar.

AUH: un amortiguador social

En contraste con años anteriores, el informe revela que entre 2022 y 2024 la Asignación Universal por Hijo (AUH) tuvo un efecto protector frente al hambre. En ese período, el 44% de los niños no experimentó inseguridad alimentaria, un 15% mejoró su situación, y solo un 9% vio agravada su condición.

Este impacto positivo se relaciona con una valorización real de la AUH en un contexto de inflación contenida, lo que permitió amortiguar los efectos del deterioro económico en los sectores más pobres.

Conclusión

El informe concluye que la inseguridad alimentaria infantil no es sólo una expresión de la pobreza, sino también de la desigualdad estructural y la fragilidad del empleo. Si bien las transferencias como la AUH han demostrado ser útiles, los niveles actuales de privaciones exigen políticas integrales y sostenidas que garanticen el derecho a la alimentación de todos los niños del país.

Javier Furlotti

Administrador VM Multimedia

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