Denunciaron a ex funcionarios y por robo y vaciamiento del Molino Fénix y la Casa de la Música
Son sospechosos de los delitos de violación a los deberes de funcionario público, malversación de caudales públicos y peculado la pareja de una ex legisladora, Joaquín Beltrán, el hermano Enzo Lucero y dos funcionarios más. Hasta de hotel fue usado el complejo.
Joaquín Beltrán fue el encargado de administrar el Molino Fénix hasta el 10 de diciembre de 2023. Es la pareja de Anabela Lucero, y ocupó ese lugar cuando ella fue diputada provincial. Sin embargo el complejo cultural más importante de Villa Mercedes continuó siendo controlado por Lucero, protegida del ex ministro de Obras Públicas, Alberto Rodríguez Saá.
Según consta en la denuncia donde la dirigente albertista está involucrada en ilícitos contra el Estado, “concurría asiduamente al lugar dirigiendo y organizando, conforme a lo manifestado por los testigos” que son los empleados del complejo.
Beltrán, que es actualmente diputado por Unión por San Luis; el hermano de la ex legisladora y candidata a intendenta de la ciudad, Enzo Lucero (Jefe de Eventos); Exequiel Alberto Scarel (coordinador de la Casa de la Música) y Diego Emanuel Torres (coordinador de Teatro) fueron denunciados en la Justicia penal como sospechosos de cometer los delitos de violación a los deberes de funcionario público, malversación de caudales públicos y peculado. La causa está en manos del fiscal José Olguín, quien confirmó a El Chorrillero que “ya comenzó la investigación”.
La acusación sostiene que dentro de las irregularidades detectadas por la nueva gestión a partir del 10 de diciembre está “el vaciamiento de las instalaciones”. En concreto expone el faltante de equipos y mobiliarios “de toda índole”. A esto se agregó “la baja voluntaria de las cuentas digitales” como correos electrónicos contratados a Google por la Casa de la Música.
Destacaron que al momento de asumir la nueva conducción no había ninguna cuenta oficial y las instalaciones estaban sin mantenimiento, sin inventarios de mobiliarios y elementos electrónicos. También advirtieron el faltante de computadoras y documentación de diferentes oficinas. Los funcionarios que se fueron no dejaron las contraseñas para los accesos “obstaculizando” la labor de la nueva administración.
La denuncia documenta con imágenes las situaciones más graves detectadas el 8 y 9 de diciembre del año pasado. En una camioneta Toyota Hilux y un Citröen Berlingo que tenía a disposición el Complejo, “se cargaron innumerables equipos de la Casa de la Música saliendo por el portón de calle Pueyrredón, con destino a un taller de montajes industriales Tecmetal SRL, ubicado en colectora sur, kilómetro 696 de la Autopista de las Serranías Puntanas”, según se detalla.
Ese predio, de acuerdo a la presentación, era comúnmente usado por Beltrán “para depositar mercadería y elementos que fueron repartidos durante la campaña electoral”, ya que el lugar le pertenecería a un amigo.
La acusación se fundamenta con los dichos de los empleados que eran “obligados” a trasladar los alimentos hasta la sede partidaria de Lucero, ubicada sobre calle Pringles, frente al Frigorífico Quickfood. En ese momento era la candidata por el oficialismo a intendenta en las elecciones que ganó Maximiliano Frontera.
Están aportados a la denuncia los comprobantes de que Lucero usó los dineros de la Casa de la Música para financiar su campaña. “Obligaba a los empleados a militar”, también exponen. Los alimentos se compraron a una misma persona y de manera directa.
Está documentado también que el 9 de diciembre, Beltrán y Scarel llegaron al complejo sorpresivamente y “de manera agresiva” le solicitaron las llaves de los estudios de grabación a un empleado. Antes “desconectaron el sistema de cámaras” para que no quedara registrado ningún movimiento. Así fue que comenzaron a “cargar equipos sin ninguna justificación”.
“Falta una consola de sonido, cajas lanza humo, equipos de lanza papel picado, torres de sonido e iluminación, etc”, pudieron acreditar.
Hay fotos que muestran que “cargaron una mesa de vidrio con 12 sillas y sillones varios”.
Por otra parte, en otro momento, también en las horas previas a terminar el mandato de Alberto Rodríguez Saá se contrató “un flete” y en un auto particular se hizo el traslado de “gran cantidad de bolsas negras tipo consorcio” que fueron tiradas “en el basural”.
El 11 de diciembre ya no estaban “los legajos del personal”, como tampoco las computadoras y mobiliarios. En varios despachos se repetía el mismo escenario.
La denuncia revela también que cuando Lucero “estaba refaccionando su casa, ella y su familia se instalaron a vivir en las suites y habitaciones” que tiene el lugar y que están destinadas para hospedar a los artistas.
“Es así que disponiendo de los recursos públicos en beneficio propio y sus allegados, la Casa de la Música se convirtió en el Hotel de Anabela y Joaquín con servicios completos (comidas incluidas) solventadas con los impuestos de los contribuyentes”, sostiene en la denuncia.
A los datos de las irregularidades se añade que el 15 de junio (tres días después de las elecciones donde Claudio Poggi fue electo el nuevo gobernador) “Beltrán y Torres retiraron mesas, sillas y escritorios”. Pero se llevaron “la ropa de blanco” de todas las habitaciones también. Luego Beltrán encargó a una empleada hacer “una compra grande de sábanas” que serían para reponer, pero no tuvieron nunca como destino esas instalaciones.