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Desinflación sin alivio: la inflación baja pero el bolsillo no siente el cambio

El Gobierno celebra cifras del INDEC mientras el poder adquisitivo de las familias sigue cayendo. Salarios planchados, suba de servicios y una inflación que no representa el consumo real explican el malestar social.

Aunque los datos del INDEC reflejan una marcada desaceleración de la inflación, el bolsillo de la mayoría de los argentinos muestra una realidad distinta. La baja del Índice de Precios al Consumidor (IPC) se logra a costa de salarios congelados, deuda externa y una recesión que impacta de lleno en el consumo. La sensación dominante entre las familias es que «la plata no alcanza».

Inflación a la baja, pero con condiciones

Desde que asumió Javier Milei, el Gobierno logró reducir la inflación mensual desde el pico del 25% heredado hasta menos del 2% en mayo. Sin embargo, este resultado no se debe, como sostiene el oficialismo, solo al ajuste fiscal o la no emisión monetaria, sino a un esquema de fuerte costo social:

  • Endeudamiento para mantener el dólar estable
  • Paritarias controladas por debajo de los precios
  • Tarifazos en servicios esenciales
  • Una fórmula de IPC desactualizada, basada en hábitos de consumo de 2004

El economista liberal y asesor presidencial Miguel Boggiano lo explicitó en redes: “La prioridad es bajar la inflación. Nada de emitir”. La frase deja en claro que el plan de estabilización está enfocado en los indicadores más que en el bienestar económico real.

Encuestas: más pobreza percibida, aunque baje el IPC

Dos relevamientos recientes, de Fixer y Management & FIT, arrojan datos contundentes:

  • El porcentaje de personas que no llega a fin de mes subió del 34% (enero) al 46% (junio)
  • Quienes debieron recortar gastos del hogar pasaron del 40% al 49%
  • Ocho de cada diez argentinos cambiaron sus hábitos de consumo
  • El 51,8% tiene dificultades para cubrir los gastos mensuales

Además, crece la percepción de que la inflación real es mayor a la que publica el INDEC. Según un informe de la Universidad Di Tella, la mayoría de la población considera que los precios suben por encima del 4% mensual.

El costo de vida y los ingresos en caída libre

Las jubilaciones y salarios vienen perdiendo terreno desde diciembre. Un estudio de Fundar revela que el salario real en 2024 fue comparable al de 1948. Es decir, los trabajadores hoy tienen un poder adquisitivo menor al de hace 75 años y un 26% por debajo de los mejores años del siglo XXI (2015, 2013 y 2017).

Mientras tanto, los servicios —tarifas, salud, educación, transporte— subieron más del 70%, frente a un 30% promedio en alimentos. Esto explica por qué muchas familias no notan un alivio inflacionario: los gastos fijos se dispararon, pero el IPC, con ponderaciones viejas, no lo refleja del todo.

Una inflación “controlada” que no se siente

Los analistas coinciden: puede haber baja de inflación, pero sin mejora en los ingresos ni crecimiento del consumo, la recesión se profundiza. Y con el calendario electoral en marcha, todo indica que el actual esquema de contención se volverá más frágil tras las legislativas de octubre.

Javier Furlotti

Administrador VM Multimedia

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