El mundo del tango está de luto. Este martes, la ciudad de Justo Daract se despertó con la triste noticia del fallecimiento de Américo Moroso, el emblemático bandoneonista sanluiseño que dedicó su vida a difundir la cultura cuyana y el tango argentino por el mundo. A los 90 años, partió dejando un legado imborrable.
Una vida dedicada al tango
Nacido en 1935 en Villa Salles, a pocos kilómetros de la capital del tango, Moroso descubrió su pasión musical a los 10 años cuando su padre lo llevaba en sulky a Villa Mercedes para estudiar con el profesor José Orozco. A los 14 años debutó en los escenarios y a los 18 ya lideraba su propia orquesta. Su estilo único, marcado por la humildad y la perseverancia, se convirtió en símbolo de la música cuyana.
Con más de 70 años de trayectoria, Moroso no solo fue un virtuoso del bandoneón, sino también un incansable defensor del tango como patrimonio cultural. Su autobiografía, ‘Una leyenda’, publicada en 2024, y el documental sobre su vida, estrenado en 2022, son testimonio de una carrera que trascendió fronteras.
El alma del bandoneón puntano
Américo Moroso llevó su música a festivales y milongas de todo el país, siempre orgulloso de sus raíces sanluiseñas. Su aporte a la cultura argentina es invaluable y su ausencia deja un vacío en el corazón de los amantes del tango.
Hoy, el silencio de su bandoneón resuena en el aire, pero su música seguirá viva en la memoria de aquellos que lo escucharon. Descansa en paz, maestro. Tu legado permanece en el alma de San Luis.
