Formosa: “Nunca va a ser normal” la frase del hombre que asesinó a su hijo con discapacidad
Ariel Lovey mató a puñaladas a su hijo Zamir, de 8 años. Antes de suicidarse, grabó un aberrante video en el que justificó su accionar en Formosa.
Formosa se encuentra en estado de shock por el brutal asesinato de un padre a su hijo con discapacidad. Tras cometer el aberrante crimen, el hombre, identificado como Ariel Lovey, se disparó en la cara con una escopeta y terminó falleciendo horas más tarde.Murió una embarazada y su bebé: viajaban en camioneta, aseguran que no la vieron y desataron una tragedia
El cruel mensaje del hombre que asesinó a su hijo en Formosa
Lo cierto es que Lovey grabó un video anunciando su macabro plan. La impactante grabación no tardó en circular en redes sociales y, desde allí, saltó a los medios de comunicación locales.
“Voy a hacer un video despidiéndome. Yo creo que esta es la mejor alternativa, porque sino mucho sufrimiento, tantos años… Zamir nunca va a lograr ser alguien normal”, comienza diciendo el filicida en la filmación.
Como puede observarse en las escalofriantes imágenes, el protagonista se encuentra dentro de su auto al momento de registrar sus últimas palabras en cámara.
“Esto ya lo verán cuando nosotros no estemos más. Pido un millón de disculpas a todos los que les hice daño. No fue mi intención, pero bueno”, agrega. Encontraron el cuerpo de Benjamín, el nene de 3 años desaparecido en Tucumán: sospechan que sus padres lo mataron
Y concluye: “Era joven. Soy joven todavía, pero ya no voy a existir más. Yo no quiero que nadie me llore, ni que nadie me lamente, ni nada. Solamente que se me entierre y nada más. Bajo tierra, si es posible. Quiero que se olviden de mí”.
Cómo fue el brutal asesinato del menor en Formosa
Luego de grabar el video, Ariel Lovey se autodisparó en el rostro dentro de su vehículo con la intención de quitarse la vida. Sin embargo, fue encontrado en su Fiat Punto agonizando y trasladado de urgencia a un hospital cercano.
A pesar de los esfuerzos de los médicos, Lovey terminó muriendo a las pocas horas en el centro de salud a causa de la magnitud de la herida de arma de fuego.
El hijo del asesino se llamaba Zamir, contaba tan solo ocho años y tenía una discapacidad en las extremidades inferiores por haber nacido prematuro. El pequeño fue asesinado a puñaladas en su casa en el barrio San Roque, en la ciudad de Ibarreta en Formosa.