
El precio de la carne subió hasta 55% en dos meses y especialistas anticipan que la diferencia con otras proteínas seguirá creciendo. La demanda internacional, el estancamiento del stock y la presión sobre la hacienda explican la tendencia.
El precio de la carne vacuna continúa en ascenso y se perfila para consolidar una nueva etapa en el mercado argentino: una brecha creciente respecto al pollo y al cerdo, fenómeno que ya ocurre en la mayoría de los países del mundo.
Según la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (CAMyA), desde mediados de septiembre la carne en góndola aumentó 30%, con picos de 55% en el asado americano, 48% en la tapa de asado y 41,7% en el matambre.
En paralelo, el analista agropecuario Javier Preciado Patiño indicó que la diferencia de precios entre la carne vacuna y el pollo o el cerdo llegó al 29%, superando incluso a Uruguay, donde la brecha es apenas del 3%.

Un cambio estructural en el consumo argentino
Por décadas, la carne vacuna marcó el ritmo del mercado interno, empujando al alza a sus sustitutas. Sin embargo, los expertos sostienen que esa lógica está cambiando:
- Hoy, el consumo doméstico se reparte casi en 50% entre pollo y carne vacuna.
- La carne porcina crece de forma sostenida y alcanza los 20 kilos por habitante al año.
- El stock bovino está congelado desde hace décadas, mientras la población crece, reduciendo la disponibilidad por persona.
Preciado Patiño señaló que solo un salto importante en el peso de faena y una mejora en la eficiencia del destete podrían aumentar la oferta local, aunque aclaró que “por ahora es solo una aspiración”.

Argentina se acerca a la tendencia global
La brecha entre proteínas en otros países es mucho más amplia:
- Japón: 180%
- Brasil: 94%
- Israel: 77%
- Alemania: 60%
- Perú: 59%
- Francia: 53%
- EEUU: 31%
Argentina, con su 29%, comienza un proceso similar, impulsado por la presión del mercado externo sobre el bife local.
Menor disponibilidad y presión exportadora
Uno de los factores críticos es la escasez de hacienda.
Sergio Pedace, vicepresidente de CAMyA, indicó que desde septiembre el precio del novillo en hacienda subió 28,5%.
“El carnicero pagaba $8.000 el kilo de novillo y ahora le llega a $9.000”, explicó.
Miguel Schiariti, de Ciccra, detalló que en el mercado de Cañuelas los precios aumentaron 21% en tres semanas, aunque solo el 7% llegó al mostrador: parte del ajuste quedó absorbido por la cadena comercial.
A pesar de las subas, el consumo respondió: pasó de 47 a 49,5 kilos por habitante por año.

Demanda global en alza
Los mercados internacionales muestran una demanda firme por carne argentina, dispuestos a pagar valores muy superiores a los del mercado local.
Esa tracción externa reduce la oferta disponible en el país y presiona aún más los precios para el consumidor interno.
Un proceso que no parece tener freno
Los economistas concluyen que confluyen cuatro factores:
- Mayor costo de producción del bovino frente a las proteínas sustitutas.
- Oferta más flexible en pollo y cerdo.
- Cambio en el mix de consumo de los argentinos.
- Demanda externa sostenida.
Con este combo, el mercado se encamina a un escenario donde la carne vacuna será cada vez más cara en comparación con otras proteínas.



