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La miseria del debate público en Merlo: denuncian el uso de trolls contra trabajadores municipales

Un informe de El Corredor Noticias reveló la operatoria de cuentas falsas y fanpages ligadas al oficialismo de Merlo en medio del conflicto salarial con los municipales de ATE. Lo que debía resolverse en el plano de la gestión derivó en un episodio de violencia digital, burlas y humillaciones contra los trabajadores que reclamaban sueldos dignos.

Entre las cuentas señaladas aparece “La Cachito Charra”, que en Facebook ironizó sobre los manifestantes con frases como: “No se los ve muy hambreados… meta bajar chori y cerveza estaban”. Esta estrategia de ridiculización fue replicada por fanpages y supuestos “medios” administrados por funcionarios municipales y provinciales. Incluso, publicaciones de estas páginas fueron compartidas rápidamente por servidores públicos de la gestión Álvarez Pinto/Rodríguez, entre ellos Bruno Mini, jefe de Gabinete, secretario de Hacienda de Merlo y diputado electo por Junín.

El escándalo escaló cuando la exconcejala y exlegisladora Ana María “Titina” Nicoletti, hasta hace poco cercana al oficialismo, denunció públicamente:

“A ver, Cacho, vos que tenés sueldo de intendente, ¿vivirías con 400 o 600 mil pesos al mes?”.

Luego fue más directa al señalar al intendente interino Leonardo Rodríguez:

“Sos vos, Leo, dejá de esconderte”.

Violencia digital como estrategia política

Según el informe de El Corredor Noticias, la utilización de trolls y perfiles falsos no es un hecho aislado sino parte de una estrategia deliberada para disciplinar y desgastar a los trabajadores. El hecho de que estas cuentas usaran como seudónimo el nombre de un vecino fallecido fue calificado como una canallada sin límites.

En paralelo, las críticas a los municipales llegaron a calificativos de “gordos” y a burlas sobre su aspecto físico, un ataque que desnuda —según denuncias— un poder desconectado de la realidad, con un discurso anclado en lo superficial.

La gravedad institucional aumenta cuando estas acciones provienen desde adentro del propio poder municipal. Para los denunciantes, se trata de un método de violencia institucional y digital, que reemplaza el debate democrático por la operación encubierta.

“En un contexto de crisis económica y con salarios que no alcanzan ni para una alimentación básica, la respuesta del intendente de que los trabajadores ‘se busquen otro trabajo’ suena a burla de manual y a cinismo institucional”, cuestionan voces críticas.

La situación deja expuesto un escenario decadente: un municipio que, en lugar de gestionar o abrir el diálogo, elige atacar a su propia gente desde las sombras.

Javier Furlotti

Administrador VM Multimedia

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