ConmociónSan Luis

Marina Silva habló con su mamá desde la cárcel: una extorsión, un segundo celular y un “no lo pienso perdonar nunca” a Jonathan

La subinspectora de la Policía que le quitó la vida a sus hijos Bautista y Sofía salió del aislamiento y se comunicó por teléfono con su mamá.

10 días pasaron de un hecho que todavía conmociona y duele a San Luis: el asesinato de Bautista Silva Funes (2) y de Sofía Ojeda Silva (7) en manos de su madre, la subinspectora de la Policía, Marina Silva. La mujer les provocó somnolencia y luego les disparó. Todo sucedió en su vivienda, en el barrio Los Fresnos de Juana Koslay.

Silva fue imputada por homicidio doblemente calificado y enviada al Servicio Penitenciario con prisión preventiva por 120 días. Desde ahí, este jueves mantuvo una comunicación telefónica con su madre, Paola Núñez. Fue la primera vez que habló con alguien de su entorno familiar, tras un periodo de aislamiento que había culminado el día anterior.

“Se encontraba en un estado terrible, no tengo palabras para definirlo”, transmitió Núñez a El Chorrillero. Su hija le preguntó por los hermanos y también le mencionó que no quería ver ni hablar con su padre, Diego Silva. A los primeros les pidió perdón.

La madre de la subinspectora aclaró que por recomendación de la psiquiatra que la atiende, no indagó sobre el brutal hecho, pero sí le dijo que “lo que hizo no tiene perdón”.

Núñez también le consultó si quería ver al padre de Bautista, Jonathan Funes. “No quiero porque no lo pienso perdonar nunca”, fue su contestación.

“Me llamó mucho la atención, me resonó mucho en la cabeza”, sostuvo la mujer. Y volvió a apuntar al joven porque su actitud dos días después del hecho, cuando fue a retirar las cosas del pequeño de la vivienda donde ocurrió todo: “Fue a buscar algo enloquecido al cuarto de Bautista”.

La madre de la subinspectora le reiteró un pedido que le había hecho días atrás en una carta: “Que no me deje”. Y Silva le prometió que “no se iba a lastimar más, iba a tratar de estar tranquila y afrontar todo”.

Por otro lado, Núñez insistió en que hay “algo más”, además de las deudas, detrás de la cruel decisión que tomó su hija. Ahora, reveló la existencia de un segundo celular que tenía Silva y también que alguien la estaba extorsionando.

“Se manejaba con dos teléfonos. Las hermanas encontraron las fundas de los dos, pero los aparatos no. Uno capaz lo tiró al dique (fue lo que dijo Silva cuando la encontraron en la zona de Cruz de Piedra), el otro no sé dónde estará o si alguien lo hizo desaparecer”, planteó la mujer.

Precisó que los celulares son clave. “Quiero que los encuentren y vean el Mercado Pago de mi hija. Y las transferencias que hizo. Ahí se va a saber dónde iba a parar la plata”, sostuvo.

En el mismo sentido, contó que pudo conversar con otra de sus hijas sobre ese “algo más” y ella le dio la razón. “Es muy grave. Mi hija (Marina) tiene que pagar lo que hizo con mis nietos, pero también se tiene que hacer justicia por eso”, afirmó.

En la conversación, le pidió a la subinspectora que hable con la Justicia sobre eso, pero su respuesta fue “después lo hablamos, ahora no”.

“A mi hija la estaban extorsionando porque podía perder la carrera. Ella me reconoció que sí. La engancharon en algo, que no es ilegal, pero si le hubiese ensuciado la carrera. La estaba extorsionando alguien muy cercano a ella”, denunció.

Durante la conversación, Silva “se largó a llorar varias veces”, le comentó que “la estaban tratando bien” dentro de la cárcel y que compartía una sala con otras dos personas. Sigue monitoreada las 24 horas, por si persiste la intención de atentar contra su vida.

Núñez también manifestó que ayer empezó a comer, está medicada y acordaron que se comunicarán por teléfono una vez por semana.

Fuente: El Chorrillero

Javier Furlotti

Administrador VM Multimedia

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