Tecnología

McKinsey predijo en 1980 que los móviles serían «de nicho». El error le costó 12.000 millones de dólares a AT&T

A principios de los años 80 la operadora AT&T (American Telephone & Telegraph) lo dominaba todo en el panorama de las telecomunicaciones en Estados Unidos. Y para seguir dominándolo, quiso prepararse para el futuro. Ese futuro pintaba a que los teléfonos móviles —Motorola había presentado el primero en 1973— podían acabar tener relevancia.

¿Qué hizo AT&T? Preguntar. Como contaban en The Economist hace más de dos décadas, sus responsables contrataron los servicios de la prestigiosa consultora McKinsey y les encargaron precisamente que hicieran lo que ellos no se veían capaces de hacer. Adivinar el futuro. La pregunta de AT&T era clara: ¿cuántos móviles habría en el mundo en el año 2000?

En McKinsey investigaron el asunto y llegaron a una conclusión: esos nuevos dispositivos tenían un montón de problemas. Eran muy pesados, las baterías no duraban nada, la cobertura móvil era escasa y el coste por minuto de las llamadas era desorbitado. Tras hacer números, le dieron a AT&T la respuesta. Según ellos el número de teléfonos celulares que habría en el mercado en todo el mundo sería escaso. ¿Cuántos habría según ellos?

900.000.

Aquel estudio convenció a los directivos de AT&T de no meterse en un segmento con un futuro tan pesimista. Y aquella predicción acabó costándole a la compañía miles de millones de dólares.

Un fallo colosal

De hecho, para cuando The Economist publicó la historia, en octubre de 1999, la cifra prevista por McKinsey se había quedado muy, muy pequeña. En el año 2000 no había 900.000 suscriptores de líneas móviles: solo en Estados Unidos había 109 millones. Y cada tres días esa cifra crecía en —efectivamente— 900.000 nuevos suscriptores. En ocho países, explicaban en el artículo, más de una tercera parte de la población disponía de un móvil. «Entre los hombres escandinavos en sus 20 la cifra es de casi el 100%», explicaban.

McKinsey no fue la única que metió la pata con esa predicción sobre el auge de la telefonía móvil. Motorola también creía que ese mercado estaba condenado a la irrelevancia, y en 1980 trató de realizar el mismo ejercicio. En el sitio web de una de sus subsidiarias de la época, Dyna, se publicó un artículo de la revista Electronic Business de noviembre de 1980. Allí se estimaba que el total de móviles que Motorola habría vendido en el año 2000 sería de 270.000 y que AT&T tendría 700.000 suscriptores. La estimación era prácticamente idéntica a la de McKinsey.

Aquellas cifras que resultaron ser tan erróneas en 2000 se quedaron aún más cortas otras dos décadas después. Hoy en día más de 6.000 millones de personas cuentan con estos dispositivos. En países desarrollados prácticamente todo el mundo tiene un móvil: de media el 85% tienen un smartphone, un 11% un móvil básico y solo el 3% afirma no tener móvil según datos de Pew Internet Research.

Pero en 1980 era imposible predecir algo así, por supuesto. En McKinsey cometieron un gravísimo error al descartar cómo los avances tecnológicos acabarían solventando muchos de los problemas a los que apuntaron —la batería sigue siéndolo, aunque algo menos— y los móviles se acabarían convirtiendo en toda una revolución tecnológica en sí misma.

Hacer caso a la predicción le costó caro a AT&T. Una década después, cuando quisieron entrar en el segmento, tuvieron que hacerlo mediante la adquisición de una compañía. En 1994 compraron la operadora móvil McCaw Cellular por 12.600 millones de dólares. Esa empresa, que tuvo el acierto de licenciar el espectro que necesitaban los móviles a principios de los 80, acabaría convirtiéndose en protagonista del mercado estadounidense y en la forma que tuvo AT&T de corregir aquel terrible error. Uno muy caro.

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