
Desde hace tres semanas, Paola Guzmán no se mueve del Policlínico Regional de Villa Mercedes. Allí acompaña cada paso de la recuperación de su hijo, Nuriel Peñaloza, quien sufrió un grave accidente en moto. El adolescente dejó la terapia intensiva y fue trasladado a una sala común, pero el camino que le queda por delante es largo e incierto: los médicos anticiparon que la rehabilitación neurológica podría durar entre seis meses y un año.
“Esto es un día a día. Por ahí el parte médico de la mañana es uno y al rato cambia”, contó Paola. Nuriel tiene momentos de lucidez en los que habla con claridad, aunque también atraviesa crisis. “Se pierde, no sabe dónde está. Y cuando está consciente, no deja de pedir perdón. Siente que nos falló como familia”, relató su madre.
Los médicos recomendaron que esté acompañado por al menos dos personas, ya que sus alteraciones emocionales aún requieren contención constante. Le retiraron la sonda de alimentación, aunque todavía no puede tomar agua por sí mismo. También se registra una fiebre persistente de origen incierto.
“Lo que más le cuesta es aceptar que no está bien. Dice que no quiere fallar, que quiere ser un ejemplo para su hermano. Se siente en deuda con el legado de su papá, el suboficial Luis David Peñaloza”, expresó Paola conmovida. Nuriel tiene dificultades motrices en el lado izquierdo del cuerpo y avanza con asistencia de kinesiólogos y fonoaudiólogos.
Este lunes, los médicos recomendaron iniciar gestiones para derivarlo a un centro de rehabilitación. La familia atraviesa esta etapa con la entereza de quien entiende que cada pequeño avance es una victoria. Paola no se detiene a pensar en responsabilidades ni en el accidente en sí: “Luego veremos el quién y el cómo, ahora quiero ocuparme de mi hijo”.
La mujer agradeció profundamente al personal del hospital y a todas las personas que acompañan con oración y afecto. “Yo tengo obra social y podría llevarlo a una clínica privada, pero les supliqué que no me lo sacaran de acá. El equipo del hospital es impresionante”, dijo.
Además, valoró la cadena de oración que se ha formado alrededor de Nuriel. “Un sacerdote de Colombia nos mandó un mensaje. Hay gente que no lo conocía y hoy reza por él como si fuera un familiar. Logró unir personas por una causa noble”, reflexionó emocionada.