
Los legisladores nacionales percibirán hasta 9 millones de pesos brutos mientras que un jubilado apenas supera los 330 mil pesos. La desigualdad se profundiza en un país en crisis y bajo un gobierno que prometió eliminar privilegios.
En un país atravesado por la recesión, la pobreza creciente y un ajuste generalizado, los sueldos de la clase política vuelven a quedar en el centro del repudio social. Este mayo, los senadores nacionales recibirán hasta 9 millones de pesos brutos, lo que representa el equivalente a 30 jubilaciones mínimas, hoy fijadas en poco más de 330 mil pesos.
Con descuentos aplicados, el haber de bolsillo ronda los 7 millones de pesos, una cifra que no solo genera indignación sino que también exhibe con crudeza la brecha entre quienes gobiernan y los sectores más golpeados por la crisis.
El dato llega en medio de un contexto económico crítico: caída del consumo, desempleo en alza, inflación persistente y una fuerte licuación de ingresos en los sectores medios y bajos. En ese escenario, las jubilaciones siguen perdiendo frente a los precios, y los beneficiarios dependen de bonos extra para apenas alcanzar la línea de indigencia.
El contraste con los privilegios de la política es brutal. El Gobierno de Javier Milei asumió con la promesa de “terminar con la casta”, pero hasta ahora no se han eliminado ni congelado las dietas del Congreso, que se incrementaron significativamente en los últimos meses sin tratamiento público ni justificación.
“Es obsceno. Mientras millones hacen malabares para llegar a fin de mes, los senadores se aseguran sueldos de elite. El sacrificio lo hace siempre el que trabaja, el que aporta, el que ya no tiene de dónde recortar”, expresaron desde un centro de jubilados.
El descontento social crece y se profundiza el descreimiento en la dirigencia, mientras se mantiene una estructura de privilegios que parece ajena a la realidad del país. El debate sobre la ética de los sueldos políticos en tiempos de crisis vuelve a escena, en un momento donde las urgencias sociales no dan tregua.