Ola polar: comenzaron los cortes de suministro de gas a las industrias
El Enargas declaró el estado de “Pre Emergencia” y les pidió a las empresas distribuidoras y transportistas de gas garantizar el fluido a los usuarios residenciales
La ola polar que comenzó este miércoles en la Patagonia y se espera que a partir de hoy llegue al área metropolitana de Buenos Aires (AMBA) puso en alerta al Enargas. El ente regulador del gas envió una nota a las distribuidoras y transportistas para que tomen las medidas necesarias para garantizar el suministro a los usuarios residenciales, a quienes en la jerga se los identifica como “demanda prioritaria”. Esto generó que empezara a haber mayores cortes de gas no solo en estaciones de servicio GNC, sino también en industrias, de manera preventiva.
Las bajas temperaturas se mantendrán hasta el martes próximo, por lo cual no se descarta que puedan ampliarse los cortes de suministro en los próximos días a más empresas. Al momento, las distribuidoras de gas limitaron el fluido a los usuarios que tienen contratos interrumpibles, donde está previsto que se les corte el servicio en caso de tener que administrar la capacidad de transporte de gas.
En lo que se refiere a la provisión de GNC, esta situación afecta particularmente a las ciudades de La Plata y Mar del Plata, donde hay mayor cantidad de estaciones de servicio con el tipo de contratos interrumpibles. En La Plata, solo cinco de las 40 estaciones de servicio tienen contratos en firme, es decir, que no se puede cortar el suministro. En Mar del Plata, la situación es menos crítica, ya que dos tercios de las bocas de expendio tienen contratos firmes, pero la escasez de gas podría ocurrir si se extiende por varios días el corte en las estaciones con contratos interrumpibles.
En los últimos días, las distribuidoras también comenzaron a cortar el gas a las industrias con contratos interrumpibles y también a aquellas con contratos “firmes, pero con ventana”. Es decir, la distribuidora les puede cortar hasta cierto volumen de metros cúbicos de gas por cierto plazo de tiempo, durante el período de bajas temperaturas, que se extiende de mayo a septiembre, y luego de haber cortado el gas a los interrumpibles. En particular, quedaron afectadas empresas del sector textil, bebidas, maderas y de cerámicas.
“Todavía no se ha llegado el corte de gas a los usuarios con contratos firmes puros”, dijeron en el Gobierno, lo cual significaría llegar a un estado de “emergencia”. Al momento, el Enargas informó a las empresas que se está en una situación de “pre emergencia”.
“Corresponderá a todas las licenciatarias de transporte y distribución involucradas adoptar de inmediato todas las medidas necesarias para asegurar condiciones de operabilidad del sistema y un servicio regular y continuo a los consumidores, lo que incluye el debido aprovisionamiento de gas para respaldar la demanda ininterrumpible”, dijo el Enargas en la nota enviada.
La ola polar se anticipó este año para los meses de mayo y puso en evidencia una vez más el cuello de botella que significa la falta de gasoductos. La Argentina tiene excedentes de gas con el reservorio de Vaca Muerta, pero la falta de inversión en los últimos años generó que esa mayor producción no haya sido acompañada por una ampliación del sistema de transporte.
El gasoducto Néstor Kirchner, que fue inaugurado el año pasado, opera a media máquina, ya que no se llegó a instalar a tiempo las plantas compresoras que permiten duplicar la capacidad de transporte, como estaba previsto. Por lo tanto, el ducto está enviando menos de 14 millones de metros cúbicos de gas por día (m3/d), cuando debería poder transportar al menos 22 millones.
En Escobar, el barco regasificador con capacidad para convertir 22 millones de m3/d está descargando el tercer buque de gas natural licuado (GNL) adquirido y se espera que llegue al puerto el cuarto cargamento el próximo lunes. Cada buque cuesta alrededor de US$30 millones (US$10 el millón de BTU, medida inglesa que se utiliza en el sector). La Secretaría de Energía informó que “se adquirirá un mayor volumen de GNL”, ante esta situación.
Este año, sin embargo, el Gobierno decidió no contratar un segundo buque regasificador, que suele estar emplazado en Bahía Blanca.
Por otro lado, Cammesa, la compañía con control estatal encargada de los despachos de energía eléctrica, licitó de apuro el lunes pasado la adquisición de siete cargamentos de 50.000 m3 de gasoil y cinco de fueloil por 200.000 toneladas en total para abastecer la generación eléctrica. “Se requerirá a Cammesa, gran comprador de gas, que haga uso del transporte de gas en la modalidad interrumpible solo hasta el mínimo técnico necesario para sostener el sistema eléctrico, utilizando combustibles alternativos para sostener la demanda eléctrica”, dijo Energía en un comunicado.
Las empresas generadoras están reemplazando el uso de gas por los combustibles líquidos, que son más caros, por lo tanto, habrá un impacto en los costos de electricidad, que serán absorbidos por el Tesoro. En concreto, mientras que el gas de Vaca Muerta cuesta alrededor de US$5 el millón de BTU, el gasoil tiene un valor aproximado de US$18 para una medida comparable.
La Secretaría de Energía, a su vez, señaló: “Las medidas implementadas se realizan en el marco de la vulnerabilidad del sistema gasífero, derivado de su infraestructura insuficiente desde hace décadas por falta de inversión (lo que genera cuellos de botella en el fluido del gas), según en el decreto 55/23 de emergencia energética; (ii) la reducción del suministro desde Bolivia, en base a acuerdos de la gestión anterior y (iii) sumado a un consumo excepcionalmente alto de la demanda prioritaria (usuarios residenciales) de gas natural (de 45 millones de m3/d a 70 millones)”.