San Luis, premio a la gestión: El triunfo electoral de Poggi reafirma el rumbo del gobierno de cara al futuro

El resultado electoral en San Luis no sorprendió a quienes vienen siguiendo de cerca lo que ocurre en la provincia: el amplio respaldo al oficialismo liderado por Claudio Poggi no es producto del marketing ni del oportunismo, sino de algo mucho más infrecuente en la política argentina: gestión sostenida, concreta y visible.
En un país donde la palabra “crisis” parece tatuada en el alma colectiva, San Luis ha optado por un camino distinto. Mirar el Futuro, Desde que asumió su mandato en 2023, Poggi se propuso reconstruir los pilares de un Estado presente, ordenado y comprometido con lo esencial. Y lo logró en tiempo récord.
El gobernador que obtuvo el 46,81% de los votos con más de 21 puntos de diferencia con el segundo, activó una modalidad que hace años no se practicaba LA CERCANIA con los vecinos de Ciudades y Pueblos de la Provincia, lo que le permitió rápidamente testear de primera mano, lo que necesitaba cada lugar y cuáles eran las prioridades de esos ciudadanos que habían sufrido la indiferencia del gobierno anterior.
A esto se suma una decisión estratégica que marca diferencia: la vuelta a la administración ordenada del gasto público, eliminando privilegios y destinando recursos a donde más se necesitan. En medio del ajuste nacional, San Luis eligió proteger el tejido social y la reactivación productiva dándole un rol y una responsabilidad clave al sector privado.
Pero este triunfo no fue solo provincial. También se construyó desde abajo, desde los municipios que entendieron que gobernar es estar cerca. En ese sentido, merecen una mención especial los intendentes de Villa Mercedes Maximiliano Frontera y de Juana Koslay, Jorge “Toti” Videla, electo diputado provincial en esta elección, cuya gestión municipal fue otra de las premiadas por la ciudadanía con el 58,50 % de votos de respaldo.
Frontera y Videla, con un estilo cercano, transparente y enfocado en la mejora de los servicios públicos, supieron construir ciudades ordenadas, con obras visibles, mantenimiento constante y un fuerte vínculo con los vecinos. Estas gestiónes no sólo acompañaron el modelo Poggi: lo fortaleció desde el territorio. Si bien ambos venían de acompañar la gestión anterior, eligieron priorizar a sus vecinos y mirar el futuro, ambos recibieron como respuesta el reconocimiento al trabajo silencioso pero transformador que lideraron en sus municipios, y entregaron un aporte clave al triunfo general del oficialismo.
El pueblo no premió una figura, premió un rumbo. Poggi volvió a conectar con esa tradición sanluiseña de gobiernos que planifican con responsabilidad y ejecutan con eficacia. No hubo fórmulas mágicas, hubo trabajo.
En una Argentina marcada por el escepticismo, San Luis dio una lección: todavía hay lugar para la política que transforma, para los liderazgos que no gritan pero cumplen. Y esa coherencia, en tiempos de cinismo, vale doble.
El oficialismo no ganó solo una elección. Revalidó una forma de gobernar que honra la inteligencia del votante. Una mira diferente, más adaptada a los nuevos tiempos parte de una política distinta: la que escucha, trabaja y cumple.