
En las últimas horas, la corrida cambiaria y la suba del Riesgo País dejaron al descubierto la fragilidad del programa económico de Javier Milei y Luis “Toto” Caputo. Pese a vender más de 400 millones de dólares en apenas 48 horas, el Banco Central no logró frenar la escalada del dólar, que en algunos bancos privados superó los $1500.
El Riesgo País trepó a 1454 puntos básicos, convirtiendo a la Argentina en el país más riesgoso del mundo para los mercados financieros. Mientras tanto, los bonos sufrieron un desplome del 14% y la posibilidad de un default vuelve a sobrevolar el horizonte.
Caputo, cuestionado incluso dentro del oficialismo y en el FMI, prometió que hay “22 mil millones de dólares” para sostener el esquema de bandas cambiarias, pero en la práctica ese esquema ya está desbordado. La disyuntiva inmediata del Gobierno es clara: liberar el dólar —con el riesgo de más inflación y espiralización— o reinstaurar el cepo, lo que sería un golpe al discurso libertario.
En paralelo, el Fondo Monetario Internacional mantiene distancia y pone reparos a los incumplimientos del acuerdo. Funcionarios del organismo plantean que sin cambios políticos será imposible sostener la asistencia. Los rumores de contactos con economistas como Carlos Melconian refuerzan esa lectura.
Del lado empresario, figuras como Eduardo Elsztain (IRSA), Martín Rappallini (UIA), Cristiano Rattazzi y Paolo Rocca (Techint) ya pidieron “un reseteo” de la gestión. No cuestionan el ajuste, pero reclaman que se ejecute con mayor previsibilidad y sin desbordes sociales.
En Olivos, Milei ratificó su respaldo a Caputo y atribuyó la crisis al escenario político-electoral más que al modelo económico. Sin embargo, con 22 ruedas de mercado por delante hasta las legislativas del 26 de octubre, el Gobierno enfrenta la posibilidad de gastar casi 10 mil millones de dólares en un intento desesperado de sostener el esquema actual.