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Todo sobre el Tesla Roadster es una incógnita. Salvo su reserva: 43.000 euros

Tesla ya permite reservar la segunda generación del Tesla Roadster en nuestro país. El que aspira a ser el mejor deportivo eléctrico del momento puede ser nuestro por una cantidad nada desdeñable. Siempre y cuando tengamos el dinero para su pago final y, por supuesto, se lance al mercado. Algo que, lamentablemente, parece seguir siendo una incógnita.

Una aspiración Era 2006 y Elon Musk tenía un objetivo entre ceja y ceja: lanzar la marca Tesla. Los primeros pasos, como se suele hacer en el mercado del automóvil, fueron los de crear un producto aspiracional, de lujo. Un primer modelo que rompiera esquemas para convencer a propios y extraños de la viabilidad y credibilidad de su firma.

El Tesla Roadster fue el encargado de impulsar a los primeros años de la marca. Aprovechando en gran parte un producto de Lotus, Elon Musk lanzó al mercado un vehículo descapotable, de tracción trasera, entre 252 y 292 CV según versiones y que, sobre todo, ponía encima de la mesa la idea de que la electricidad también podía ser muy divertida.

El primer Roadster. Además de ser un coche muy interesante para el gran público, el modelo era clave para la compañía. Tenía entre manos un coche que partía de 100.000 euros y que pronto captó la atención de quien de verdad le interesaba: la gente más adinerada de Estados Unidos.

Aunque en 2009 la empresa estuvo a punto de quebrar, había dado un gran paso. Tenía entre manos un coche muy llamativo, que demostraba lo que Tesla podía conseguir pese a que la tecnología estaba aún en pañales y, sobre todo, convertía en realidad lo que, hasta poco antes era impensable. Es decir, daba a los inversores un motivo para creer una empresa que luchaba por sobrevivir.

Un impulso. Algo más de diez años después, Elon Musk repetiría jugada, pero sólo sobre el papel. Aprovechando que se había dado inicio a la producción del Tesla Model 3, el gran coche eléctrico de masas sobre el que sustentar la viabilidad de la empresa, quedaba por relanzar la marca. Como sorpresa a uno de sus citas con los inversores presentaba en 2017 el Tesla Semi y el nuevo Tesla Roadster.

Para paliar en parte la opinión negativa que estaba generando la empresa con los problemas derivados en la producción de su Tesla Model 3, Elon Musk anunciaba que tenía entre manos un coche revolucionario. Era, por supuesto, este nuevo descapotable eléctrico. Un coche como nunca se había visto.

El nuevo (y ya viejo) Tesla Roadster. “El nuevo Tesla Roadster será el coche de producción más rápido que se haya fabricado. Punto”. Fiel a su estilo, Elon Musk no se andó con medias tintas. La promesa era un coche que, visto en perspectiva, era completamente irrealizable en 2017: un descapotable capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 1,9 segundos y con 1.000 kilómetros de autonomía.

Seis años después, todo siguen siendo promesas. Desde su aceleración (por cierto, en estos momentos ya no sería el coche de producción más rápido del mundo) hasta su velocidad punta, que Musk cifraba em 400 km/h. Pasando por, absolutamente, todo. Desde Tesla aseguraban que contarían con una batería de 200 kWh. Nadie se acerca a esa cifra en estos momentos.

Ya se puede reservar. Pese a todo, este mismo coche del que todavía no se ha visto nada, ya se puede reservar en España. Solo es necesario entregar 4.000 euros en el momento de la primera reserva y nutrir las arcas de Tesla con otros 39.000 euros en los próximos 10 días. En el contrato que se firma al efectuar la reserva no hay ni rastro de posibles periodos de entrega.

Tampoco sabemos cuánto costará el coche finalmente. En 2017 se adelantó que su precio de salida sería de unos 200.000 dólares. Pero claro, tampoco había volado por los aires la cadena de suministro ni el precio de los minerales que conforman las baterías de mayor valor. Tampoco el mercado del coche eléctrico había entrado en una guerra de precios que reduce el margen de beneficios por unidad vendida.

Sin rastro. Lo que no imaginábamos tampoco en 2017 es que, en 2023, todo lo prometido por el Tesla Roadster no se haya cumplido y, además, parezca muy difícil de cumplir. En el anuncio original de 2017, el deportivo fue anunciado para 2020, el mismo año en el que nuestro compañero Héctor Ares pudo probar el Porsche Taycan para Xataka. Un coche que certificaba el techo del coche eléctrico en aquel momento y que, pese a sus 2,8 segundos en el 0 a 100 km/h, estaba lejos de lo prometido por Musk.

Desde 2020, continuos retrasos. El último se anunció en mayo de este mismo año, cuando Elon Musk dejó caer a los accionistas que el Tesla Roadster entrará en la cadena de producción en 2024. «Con suerte», puntualizaba el máximo dirigente de la compañía. De una revisión de sus características técnicas o precio, ni una palabra.

La misma estrategia de siempre. Elon Musk nos ha acostumbrado a este tipo de movimientos. Desde hace años hace promesas que son incumplidas una y otra vez pero que hacen preguntarse a los inversores aquello de «y si esta vez…». Así consiguió sostener la compañía y así ha sentado las bases de lo que hoy es Tesla.

La firma ha dado resultado negativo hasta hace no tanto y, por el camino, el Tesla Semi sigue siendo un enigma, el Tesla Cybertruck se retrasa una y otra vez y la tan cacareada conducción autónoma no termina de despegar, pese a los anuncios históricos de robotaxis. Y, pese a todo, la firma rompe hitos uno tras otro.

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