Policiales

Tres menores atacaron dos veces en una semana la vidriera de un comercio a coscotazos

Sucedió en el Bº La Ribera, los dueños calculan que los daños rozan el medio millón de pesos. Los protagonistas son tres chicos de unos 13 años.

Una familia del barrio La Ribera aún no logra salir del asombro y de la impotencia. Esta semana, un grupo de tres menores les rompió la vidriera del comercio que tienen en el barrio, a cascotazos. Según la víctima, lo hicieron sin ningún motivo y el valor de los daños materiales supera los $450.000.

Hace unos 12 años que tienen la casa de repuestos de motos sobre la manzana 7187, casa 11, del barrio y nunca les había pasado algo parecido. Siempre atendieron por la ventana y hace un mes decidieron dar un paso y agrandar el espacio para una mejor atención; los nuevos actos de vandalismo les cayeron como un baldazo de agua fría.

Ambos hechos sucedieron por la madrugada, alrededor de las 3:30. «El primer ataque fue el domingo, cuando nos rompieron uno de los vidrios. A los pocos días, el jueves, de nuevo la misma situación: escuchamos el estruendo de que nos habían roto la vidriera. Automáticamente salimos, porque vivimos atrás, mi marido sacó el auto para dar unas vueltas y ver si veía a alguien. Fue un susto muy grande, nosotros vivimos con nuestros tres hijos y estábamos medio despiertos porque justo estamos todos medio enfermos», repasó María Eugenia Pérez, una de las propietarias del lugar.

Luego de que llamaran a la Policía, un vecino que conocía a uno de los responsables lo llevó y el joven terminó por confesar todo. Lo sorprendente es que resultaron ser tres varones de alrededor de los 13 años, quienes viven muy cerca del negocio.

«Nosotros les preguntamos por qué hicieron eso, pero nunca nos dijeron, se echaron la culpa entre ellos y dijeron que fue porque sí, porque venían pasando», contó Pérez.

La mujer dijo que les rompieron tres paños de los vidrios del local, incluso el monitor de una computadora que fue alcanzado por uno de los pedazos de ladrillo de bloque que lanzaron con saña.

«Nosotros recién abrimos con la nueva ampliación y nos hace un daño económico terrible, porque para hacer el local nos gastamos hasta lo que no teníamos. Hablamos con los pibes para hacerles entender que esto no es una picardía, yo tengo dos perros que los cuido como oro. Menos mal que nos les pegaron una pedrada», comentó la propietaria.

El negocio tiene un sistema de cámaras de seguridad, aunque el domingo justo no funcionaba porque le faltaba una memoria. La familia sí pudo captar en video lo que sucedió el jueves y con las pruebas radicaron la denuncia en la Comisaría del Menor.

«Se puede ver cómo tiran, no solo una vez, sino que varias veces buscan cascotes y los arrojan de nuevo. Lo primero que te dicen cuando los agarrás es ‘tengo 13 años, soy menor de edad’, como diciendo que no les podés hacer absolutamente nada. Es una bronca bárbara, uno hace las cosas con un esfuerzo tremendo y que vengan estos pibes de la nada a romperte lo tuyo», contó la comerciante.

Según la vecina, no es la primera vez que estos menores se ven envueltos en problemas. Al parecer, ya tendrían antecedentes por distintos hechos de robos o problemas con el consumo de sustancias ilegales. Pérez dijo que hará todo lo posible para que les queden causas asentadas. 

Fuente: El Diario de la Republica

Javier Furlotti

Administrador VM Multimedia

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